No compliquemos mas las cosas, no solucionemos los problemas como quien bota un chicle sin sabor a la basura.
Callemos cuando sea necesario, y gritemos cuando estemos desolados en el olvido, sin culpa, sin rencor, con nuestra imaginación por delante.
Crucemos altas montañas y sonriamosle al sol en su salida.
Brillemos como estrellas y viajemos por el espacio como fugaces, para que así podamos cumplir el sueño de muchos que nos ven pasar.
miércoles, 1 de abril de 2009
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El problema es que todos los chicles se gastan, lo maravilloso es que las fugaces no son de sabores.
ResponderEliminarComento acá por que es el que mas me gusto, pero los leí todos.^^
Un abrazo. Le Plume.